El lujo de Miami en su máxima expresión

Piscinas personales en cada balcón. Pista de patinaje sobre hielo. Piscina de olas para el surf. Canchas de boliche. Ascensores privados para personas y autos, capaces de transportar con total privacidad las preciadas posesiones y a sus dueños hasta su propio garaje para cuatro vehículos. Conserjería disponible las 24 horas del día, servicio de estacionamiento y spa se han convertido prácticamente en el estándar en el mercado de condominios de alto nivel de Miami. Ahora, los desarrolladores están agregando toques distintivos dignos de la realeza, en una competencia cada vez más feroz por ofrecer servicios especiales. "El arte de construir está en darle a la gente lo que no sabe que quiere", dijo Shahab Karmely, jefe de KAR Properties. El One River Point de Karmely incluye una piscina de natación, una piscina de borde infinito con una cafetería al lado, cava de puros, y "un salón en la parte superior, donde puede disfrutar de recitales de música privados", dijo. Además, "comedor privado o comedor abierto, con varios chefs para elegir". Las ventas de las residencias de entre 93 y 1.115 metros cuadrados, con precios que van desde US$850.000 a US$12 millones, iniciarán en el cuarto trimestre, y se espera que el proyecto termine de construirse en 2018. Lea más: Entre el sueño y la realidad: una mansión cobra forma en Miami Beach El penthouse de cuatro niveles en Porsche Design Tower del desarrollador Gil Dezer tiene dos piscinas: una privada en la terraza y otra de natación, también privada, a una altura de 17 pisos.

Todos los residentes de su edificio pueden disfrutar de un simulador de golf bajo techo donde pueden jugar en 1.800 campos diferentes las 24 horas del día, porque, dijo, "se sabe que llueve en Florida". Si lo suyo es la velocidad, la propiedad también ofrece simuladores de carreras de autos virtuales interconectados. "No es un videojuego, es algo real, donde usted se sienta en una silla y la silla lo mueve, y hay tres pantallas que se mueven con usted", dijo Dezer."Tenemos tres de ellos conectados entre sí para que pueda competir con sus vecinos". Los precios en la torre Porsche van desde US$6,3 millones a $33,5 millones.

Cada vez son más los nuevos edificios de lujo que incluyen salas de cine privadas donde los residentes y sus amigos pueden ver películas de estreno “al mismo tiempo o antes de que estén en los cines", dijo Ugo Columbo, el desarrollador de Brickell Flatiron. Casi todos los edificios incluyen ascensores privados, aunque el Paramount Miami Worldcenter va un paso más allá mediante la inclusión de un segundo elevador que se abre a un “estudio cerrado” que se puede utilizar como una habitación de huéspedes, y ofrece a los propietarios la opción de trasladarse con total privacidad desde su residencia hasta el centro comercial. "Va a ver un montón de gente de compras en pijama", dijo el desarrollador Daniel Kodsi.

Pero incluso antes de que las nuevas expresiones de lujo se conviertan en la norma, los desarrolladores buscan algo aun mejor. "No se trata de la rivalidad entre nosotros los desarrolladores", dijo Dezer. "Realmente se trata solo de ofrecer lo que los compradores están pidiendo". Aún así, es una manera de sacar ventaja en un mercado cada vez más competitivo. Los urbanizadores enfrentan costos cada vez más altos de terrenos y construcción, además de un grupo cada vez más reducido de compradores extranjeros, quienes han sido responsables de gran parte de la actividad en la última oleada de construcción. Un dólar fuerte, que encarece las compras para extranjeros cuyas monedas nacionales han perdido valor frente a la divisa estadounidense, también ha hecho mella, según el estudio trimestral más reciente de la Autoridad de Desarrollo del Centro de Miami sobre el mercado residencial.

Anthony Graziano, director gerente sénior de Integra Realty Resources, que produjo el informe, dijo que la estabilización de los precios también está teniendo un impacto en las ventas. "Parte de la desaceleración es que el precio ha llegado a un punto en el que no hay un aspecto ventajoso suficiente a futuro en la mente del comprador extranjero", dijo. "Los compradores de ultra lujo son inteligentes, y buscan formas de maximizar su inversión en dólares". Sin embargo, esto no está evitando que ni los desarrolladores que ofrecen una experiencia lujosa más asequible ofrezcan servicios extremos. Lea más: Urbanizadores de Miami apuntan al lujo de 'menor nivel' El Worldcenter de Kodsi, donde los precios de pre-construcción promedian US$700 por pie cuadrado, o US$7.535 por metro cuadrado, incluye un complejo deportivo de casi una hectárea en el noveno piso del edificio de 60 pisos, que incluye un campo de fútbol cubierto de medida reglamentaria. Eso además de las canchas de tenis, pista de atletismo, zona de yoga, cancha de baloncesto y un estudio de boxeo. Para los que se inclinan por la música, hay una sala, llamada "Jam Room", totalmente equipada con piano, tambores, guitarras y, sí, un estudio de grabación.

El Brickell Flatiron, donde los precios de los penthouses van de US$2,5 millones a US$14 millones, incluye un "conserje digital" que rastrea a los residentes a través de sus teléfonos inteligentes y ofrece asistencia para entregas de paquetes y reservaciones para cenar en el restaurante del hotel. El desarrollador David Martin de Grove at Grand Bay prefiere servicios más humanos, y añade servicio de mayordomo, además del conserje, para temas en el interior del apartamento en sí, como compras del mercado o reparaciones cuando algo se daña. "Se trata de hacer más fácil que la vida de esas personas", dijo. "Cómo las mejora".