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El ABC de la vida en el exilio

Una pujante industria ofrece tutores a domicilio para las familias itinerantes

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Se espera que el mercado global de la tutoría privada mueva US$102.800 millones para 2018.

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Se espera que el mercado global de la tutoría privada mueva US$102.800 millones para 2018.
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Las familias expatriadas entienden que una casa en el extranjero no está completa sin alguien móvil, inteligente y bueno con los niños: un tutor. La educación académica en hogares de Suiza y Gran Bretaña ha sido por mucho tiempo una solución para familias con un estilo de vida itinerante. Sin embargo, está surgiendo una industria boyante de tutores residenciales para los viajeros frecuentes del mundo. “En un extremo del espectro, los padres adinerados contratan un tutor porque es lo que se espera que se haga”, dijo Adam Caller, fundador de Tutors International. “Tienen trabajadores para que atiendan todo aspecto de sus vidas, desde conducir sus autos hasta arreglar sus rosas, así que simplemente añaden un tutor a su personal. Por otro lado, tenemos muchos clientes que no son súper ricos pero que hacen sacrificios económicos para contratar a tutores que los ayuden a superar algún bache” en el camino. Lea más: El ascensor privado sube en la lista de deseos de los multimillonarios La mayoría de los clientes de Tutors International —que han incluido desde ejecutivos hasta miembros de la realeza— son padres que viajan con frecuencia y no quieren estar sujetos a un país debido a los colegios de sus hijos. En otros casos, los niños podrían tener necesidades especiales que pequeños colegios extranjeros no tienen la capacidad de atender. Es un proceso riguroso y largo encontrar el tutor residencial para una familia. Los requisitos pueden variar desde conocer sistemas educativos diversos (como el estadounidense y el europeo, por ejemplo) hasta ser expertos en ciertas materias. Los tutores residenciales deben poder poner las necesidades de sus clientes por encima de las suyas y estar disponibles para ellos. Los ricos usualmente viajan en vuelos privados y podrían decidir viajar de un momento a otro, por lo que las personas que trabajan con ellos deben estar listas para abandonar lo que estén haciendo sin mucha anticipación, explicó Caller. Además, “si está en un yate por cuatro días, tiene que ser el tipo de persona dispuesta a resignarse con quedarse en una cabina, en lugar de los cuartos de la familia”, agregó. Un tutor también debe poder manejar situaciones familiares complicadas. Caller recuerda un caso de custodia compartida en el que los hijos de la familia asistían a un colegio en un país durante dos semanas y luego tenían un tutor para que los ayudara con las tareas en las noches. Los niños luego pasaban otras dos semanas en otro país donde recibían clases a tiempo completo del mismo instructor. Carfax Educational Consultants, con sede en Londres, ha tenido de clientes a ocho jefes de estado o gobierno; uno de sus ex pupilos es ahora un monarca en poder. Además de proveer tutores residenciales, la empresa tiene instructores disponibles permanentemente en Londres, Mónaco, Dubái Abu Dhabi, Moscú, San Petersburgo y Bakú. Pronto iniciará operaciones en Milán y en el futuro cercano en Ginebra, Hong Kong, Singapur y Nueva York. Lea más: Arquitectura y arte atraen a extranjeros a México “Algunos niños estudian con nuestros tutores en una de estas ciudades y luego continúan en otra porque todos nuestros centros de tutoría utilizan el mismo sistema y podemos coordinar muy de cerca", dijo el fundador Alexander Nikitich, hablando desde Dubái. Se espera que el mercado global de instrucción privada mueva US$102.800 millones para 2018, según Caller. “La educación académica en casa representa alrededor de 1% del mercado de tutoría total. Uno por ciento podría parecer poco, pero en términos de valor fiscal, el mercado de instrucción de tiempo completo en casa es enorme”, dijo. Los precios de Tutors International parten en alrededor de US$150.000 al año, que se reparte 75% para el tutor y el resto en comisiones y soporte. “Es más o menos lo mismo que enviar a dos niños y medio a un buen colegio privado en Gran Bretaña”, dijo Caller. Las familias también llevan el peso de los recursos académicos. Caller dice que una familia construyó mini laboratorios de ciencias en sus diferentes casas para que sus hijos pudieran recibir clases de alta calidad. Otras familias simplemente destinan cuartos para que sirvan como aulas, con mesas, pizarras y computadoras para que sus hijos y maestros puedan hacer parte de sus labores a través de colegios virtuales como Pamoja Education, que dicta el programa en línea International Baccalaureate.