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El sueño americano incluye Internet de alta velocidad

La banda ancha se está convirtiendo en un factor decisivo entre los estadounidenses que buscan comprar casa

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Tom Cairns y el agente de bienes raíces Carla Ness visitan una casa en Massachusetts. Cairns está en el proceso de comprar vivienda y uno de sus principales requisitos es que la residencia tenga acceso a Internet de alta velocidad.

MICHELLE MCLOUGHLIN PARA THE WALL STREET JOURNAL
Tom Cairns y el agente de bienes raíces Carla Ness visitan una casa en Massachusetts. Cairns está en el proceso de comprar vivienda y uno de sus principales requisitos es que la residencia tenga acceso a Internet de alta velocidad.
MICHELLE MCLOUGHLIN PARA THE WALL STREET JOURNAL

En mayo, Kara Burke y Tom Cairns pensaron que habían encontrado la casa de sus sueños: una antigua residencia de tres dormitorios en Worthington, estado de Massachusetts. Sin embargo, no hicieron una oferta por la propiedad porque no contaba con Internet de alta velocidad. “No compraríamos una casa que no tiene electricidad”, dijo Burke de 26 años, al explicar la razón de su rechazo. “Es más o menos lo mismo”. Conforme Internet se convierte en una pieza central de la manera en que los estadounidenses trabajan y viven, la división digital está ganando relevancia económica. Los estudiantes que no tienen acceso a Internet en casa podrían tener problemas para completar sus tareas escolares. Los municipios con menos acceso terminan rezagándose económicamente, señalan los investigadores. Ahora, la disponibilidad de un servicio de Internet veloz está empezando a afectar la mayor compra de las personas en Estados Unidos: sus casas. Los agentes de bienes raíces alrededor del país dicen que los compradores como Burke y Cairns están descartando casas sin acceso rápido a la web. Algunos estudios sugieren que este tipo de compradores están de cierto modo afectando los precios de las casas. Un estudio llevado a cabo en todo Estados Unidos y publicado la semana pasada por investigadores de la Universidad e Colorado y la Universidad de Carnegie Mellon encontró que las conexiones de fibra óptica, el tipo de Internet de alta velocidad más rápido disponible, puede sumarle US$5.437 a una casa de US$175.000, tanto como una chimenea, o la mitad del valor de un baño. Lea más: ¿Qué hace que una propiedad se venda volando? Un helipuerto David Mans, un agente de bienes raíces de Boulder, estado de Colorado, dijo que después de indicar en sus listados de ventas si una propiedad tenía o no Internet, recibió menos llamadas por las casas que no contaban con la tecnología. “Me pasa que la gente ni siquiera quiere ver la casa si no tiene banda ancha”, dijo. Lo que las personas buscan en una casa varía mucho, y los precios pueden depender en gran medida de fuerzas del mercado superiores. Pero los profesionales de bienes raíces dicen que hay ciertas características que pueden ser factores decisivos, como un baño extra o una piscina. Y la banda ancha está empezando a ser considerada dentro de ese cálculo. Por ley, las empresas de telecomunicaciones en EE.UU. deben ser capaces de ofrecer servicio telefónico a cada residencia dentro de sus áreas de servicio. Sin embargo, lo mismo no ocurre con los proveedores de Internet de alta velocidad. Las líneas telefónicas pueden ofrecer servicio de Línea de Abonado Digital, conocida por sus siglas en inglés DSL, usualmente de una velocidad de menos de 10 megabytes por segundo. El servicio satelital es usualmente aún más lento. La fibra óptica y algunos cables pueden ofrecer velocidades de hasta 1.000 megabytes por segundo. Investigadores de la Universidad de Colorado compararon más de 520.000 ventas de casas entre 2011 y 2013 con datos del gobierno sobre el tipo de acceso a Internet disponible. El estudio amplió otro realizado en 2013 por los mismos investigadores que encontró un efecto similar en los precios de las casas en el estado de Nueva York. Los expertos expandieron su estudio gracias al financiamiento de The Fiber to the Home Council Americas, un grupo conformado por municipalidades, pequeñas empresas de telecomunicaciones y otras compañías como Google Inc. que apoyan la expansión de las redes de fibra. El resultado confirmó las conclusiones de un estudio de 2014 de la Universidad de Wisconsin en Whitewater que encontró que el acceso a Internet podría añadir US$11.815 al valor de una casa vacacional de US$439.000 en el condado de Door en el estado de Wisconsin. El impacto es más pronunciado en zonas rurales, donde las velocidades de Internet tienden a reducirse radicalmente. Hasta 2013, 92% de las zonas urbanas de EE.UU. tenía Internet de alta velocidad, comparadas con 47% de las zonas rurales, según los datos más recientes de la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU. (FCC por sus siglas en inglés). La FCC define alta velocidad como 25 megabytes por segundo o más. John Wilczak había contratado el servicio de Internet inalámbrica de alta velocidad de la empresa Verizon en su casa en Santa Ynez, California, un pueblo de alrededor de 4.400 habitantes cerca de Santa Barbara. Las empresas de cable y teléfono ofrecen Internet de alta velocidad en el centro, pero su calle no está dentro del área de cobertura. El servicio de Verizon de Wilczak funcionaba como un plan de teléfono celular. Una vez, cuando unos amigos y sus hijos vinieron a visitarlos por una semana, los niños excedieron el límite mensual de 50 gigabytes de su plan y debió pagar una cuenta de más de US$900. Hace poco, Wilczak se mudó a una nueva casa y cambió el servicio de Verizon por el de una empresa de Internet inalámbrica local sin límites de datos. Dijo que al menos la mitad de las 40 personas que consideraron comprar su casa se desanimó porque no tenía un servicio de Internet confiable. La falta de un servicio de Internet veloz casi lleva a la quiebra a un negocio de venta de juguetes de madera hechos en un taller de Alemania. El dueño, Adam Frost, intentó usar Internet satelital cuando se mudó desde Nueva York a New Salem, Massachusetts, hace unos siete años. En Nueva York pagaba US$60 al mes por Internet de alta velocidad. “Nos dijeron que había Internet adecuado, y luego descubrimos que no era así”, dijo Frost. El servicio satelital se caía cada vez que hacía mal tiempo, y Frost a menudo se pasaba de su límite de datos mensual. El empresario decidió pagar a Verizon US$600 al mes para que instalara un cable de cobre para su casa que le permitiera obtener un servicio más confiable. Pero aún así es insuficiente, especialmente a medida que los servicios en línea demandan cada vez más datos. El año pasado, le tomó 24 horas descargar una actualización de software para su computadora, y cuando la descarga estaba casi completa, su conexión se cayó y debió empezar de cero otra vez. En Western Massachusetts, donde vive Frost, las autoridades locales están tratando de solucionar el problema con la construcción de sus propias redes de alta velocidad. Para lograrlo, están adoptando una táctica desarrollada hace un siglo cuando la región experimentaba problemas similares relacionados a la electricidad. Más de 40 pueblos han formado una cooperativa que funciona como un tipo de empresa eléctrica y que recauda fondos para construir conexiones de fibra. Monica Webb es la presidenta de la junta directiva de la cooperativa, llamada WiredWest. Hasta el momento, 19 de estos pueblos han aprobado la venta de bonos para financiar la construcción. Más de 40% de los residentes en 14 de estos pueblos ya ha realizado un pago inicial para el servicio. “Para algunos somos una coalición de desesperados”, dijo Webb. “Ya estamos sintiendo los impactos negativos de no tener una banda ancha adecuada”. Burke y Cairns, que descartaron la casa de tres dormitorios en mayo, han decidido no comprar nada hasta revisar qué pueblos están comprometidos con el proyecto. “Después de ver, diría yo, 10 casas, decidimos que no importaba (seguir visitando propiedades), porque no podemos elegir una casa sin saber qué pueblos están sumándose a esto”, dijo Burke. “Definitivamente descartaremos a los que no. Eso no está en discusión”.