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Cuando las casas de Dios cambian de dueño

Desarrolladores inmobiliarios compran iglesias que transforman en inmuebles, oficinas, bares y hoteles

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Con el desarrollador y diseñador correctos, una ex iglesia ofrece oportunidades únicas para nuevos e inusuales usos.

Con el desarrollador y diseñador correctos, una ex iglesia ofrece oportunidades únicas para nuevos e inusuales usos.

En Washington, entre la sede de la Corte Suprema y el Museo Nacional del Aire y del Espacio, se encuentra un edificio que muchos transeúntes confunden con simplemente otra iglesia vacía. Para Casey Klein, la estructura de piedra en la esquina noreste de Stanton Park en Capitol Hill representaba una oportunidad, a la que saltó de inmediato. Hasta 2015, el edificio pertenecía y estaba ocupado por Imani Temple, una congregación católica afroamericana. Klein, el director gerente de Morningstar Community Development, es uno de muchos desarrolladores alrededor de Estados Unidos que está comprando iglesias para transformarlas en casas, restaurantes, bares, hoteles y oficinas. Según CoStar, una firma de datos de bienes raíces comerciales, más de 1.500 propiedades afiliadas a congregaciones religiosas fueron vendidas en 2014, un alza de 68% frente a 2010. Muchas de estas iglesias se están vendiendo debido a cambios en las necesidades de sus congregaciones; otras son víctima de un embargo hipotecario. En el caso de Imani Temple, fundada en 1989 por George Augustus Stallings, Jr., un colorido personaje de las comunidades religiosas de Washington, la mayoría de los feligreses ya no vive en Capitol Hill. Con estacionamiento limitado, decidieron mudarse al condado de Prince George. El grupo pagó US$950.000 por la propiedad en 1994 y la ex iglesia presbiteriana fue su sede hasta que fue puesta a la venta por alrededor de US$5,8 millones. Morningstar la compró en enero de 2015 por una suma no revelada.

Vea más información sobre la propiedad. TRR Sotheby's International Realty El plan original de Klein era convertir la iglesia en seis casas de lujo. Pero ha recibido tantas consultas de posibles compradores que ha decidido volverla a poner a la venta con un precio mínimo de US$5,9 millones, curioso de saber cuánto ofrecerán los interesados. “Desde que asumimos la propiedad, hemos recibido muchas consultas de todo tipo de entidades, así que vamos a evaluar formalmente cuál es el interés por el edificio”, dijo. Debido a restricciones de zonificación, el edificio no puede ser usado de manera comercial. Su fachada tampoco puede ser alterada significativamente. Aun así, hay muchas opciones para el comprador, como fundar otra iglesia o construir un dormitorio universitario, departamentos de lujo o un centro educativo. Si Klein opta por mantener el edificio, sus casas de lujo seguramente incluirán muchas de las características originales de la iglesia. Es lo que pasa en otros lados, ya que los desarrolladores que transforman iglesias usualmente deben, o eligen, mantener los exteriores intactos, junto con campanarios y vitrales. En Sag Harbor, por ejemplo, el coleccionista y dueño de una galería de arte Sloan Schaffer hace poco puso a la venta una ex Iglesia Metodista Unida, con su torre con campanario de cuatro pisos original, por US$19,5 millones. En 2008, pagó US$4 millones por la iglesia de principios del siglo XIX, y esta convirtiéndola en una casa de seis dormitorios que debe estar lista el próximo año.

Ver más información sobre la propiedad The Corcoran Group Mientras tanto, en Long Island, otra iglesia convertida está a la venta por US$4,3 millones. Fue la capilla original de Wheatly, la residencia en Old Westbury de Edwin D. Morgan III, el gobernado número 21 del estado de Nueva York. Fue construida entre 1890 y 1900, y restaurada en 1998. La capilla ha sido completamente preservada, y ahora sirve de sala principal independiente pero contigua a la casa. Los vitrales originales y los escalones del altar fueron conservados, si bien es cierto hoy los escalones llevan a la chimenea.

Ver más información sobre la propiedad. Daniel Gale Sotheby's International Realty Sin embargo, la conservación de iglesias puede presentar muchos retos, además de mantener el exterior y elementos clave de los edificios históricos. La distribución, por ejemplo, es un desafío. En la mayoría de los casos, una gran habitación debe ser dividida en varios espacios; se necesitan instalar cocina y baños nuevos, y otras áreas propias de una iglesia deben abandonar sus orígenes eclesiásticos. Varios balcones para los coros hoy sirven de dormitorios.