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El nuevo precio del lujo: US$40 millones

Cómo una suma alguna vez impensable se convirtió en un precio de venta estándar para los bienes raíces de alta gama

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Jeff Keil pagó US$2,3 millones en 1991 por su dúplex en el Brooklyn Heights Promenade, un paseo en dicho vecindario neoyorquino con vistas al puerto. Cuando puso la casa de aproximadamente 1.626 metros cuadrados a la venta hace unos meses, la ofreció por US$40 millones. “Suena increíble”, comentaba una tarde reciente, mientras disfrutaba de la brisa y las vistas de Manhattan desde el porche. Y agregó: “Ojalá que todo lo que hiciera diera esa ganancia”. Hasta hace unos años, las viviendas con un precio de US$40 millones o más eran casi inexistentes. Ya no es así. Hoy en día, las casas más caras de Estados Unidos se venden por muy por encima de los US$100 millones, por lo que las propiedades en el mercado y las vendidas por US$40 millones han surgido en todo el país. “Vimos la creación de una nueva categoría de mercado diferente a todo lo que alguna vez existió”, dijo Jonathan Miller de Miller Samuel Real Estate Appraisers con sede en Manhattan. “Hace cinco o diez años, una venta o un precio de venta de US$40 millones era un caso atípico. Hoy en día es algo casi normal”. Durante el último año, hubo más de 300 casas a la venta en todo EE.UU. con precios que iban desde los US$35 millones hasta los US$49 millones, un aumento de 24% con respecto al año anterior, según datos del portal inmobiliario Trulia. Y estos precios no son sólo una ilusión. En los últimos cinco trimestres, Miller indicó que al menos 37 casas se vendieron entre US$30 millones y US$49,9 millones en Nueva York, Miami y Los Ángeles. Esa cantidad es un aumento de las 14 que se vendieron en esos mercados durante el período correspondiente a los años de auge de 2007 y 2008. Estas ventas de casas de súper lujo se alimentan de una serie de factores, indicó Miller, que incluyen la creación de una riqueza mundial desde la crisis económica, la demanda de compradores extranjeros y nacionales que buscan aparcar su dinero en activos duros y el alto precio del terreno en lugares privilegiados, lo que obliga a los constructores a valuar sus propiedades a precios más altos. También es común que las propiedades a la venta y las ventas en sí de alto precio generen un efecto de réplica, lo que provoca que otros vendedores ofrezcan sus casas a precios igualmente ambiciosos, explicó. Hace unas semanas, el agente de bienes raíces de Beverly Hills Branden Williams puso sacó otra vez al mercado una casa de cinco dormitorios en Hollywood Hills. La vivienda, que había estado en el mercado con otro agente durante alrededor de un año, se ofrecia por US$35 millones. Williams elevó su precio a US$38 millones. “Todos los precios de nuestro entorno han subido tanto en el último año”, dijo Williams, de Hilton & Hyland, quien tiene a la venta la propiedad con su esposa, Rayni, también de Hilton & Hyland, y Ben Bacal, de Rodeo Realty Fine Estates. La vivienda mide aproximadamente 1.207metros cuadrados. El propietario, Sean Sassounian, fundador de SAS Textiles, compró la propiedad hace unos seis años por alrededor de US$4,5 millones. Dijo que comenzó a construir la casa hace cerca de cuatro años con el fin de vivir en ella, pero cuando él y su esposa llegaron a tener tres hijos en un periodo corto de tiempo, decidieron mudarse a los apartamentos de Beverly Hills para estar más cerca de sus colegios. La vivienda recién terminada cuenta con tres cocinas completas, un gimnasio, una sala de cine, un ascensor, una piscina de borde infinito con vistas a la ciudad, una sala de masajes y una cochera subterránea en la que caben unos ocho automóviles. A pesar de la cantidad de nuevas casas en el mercado decenas de millones de dólares y de los titulares que las acompañan, todavía puede tomar meses o años vender una residencia a estos precios. “La gran mayoría de las casas de más de US$5 millones no se venden como pan caliente de la forma en que quieren hacer creer”, dijo el agente de bienes raíces Leonard Steinberg de Compass, quien tiene a cargo la venta de un dúplex en el barrio neoyorquino de Tribeca. Con un precio original en octubre de US$48 millones, fue rebajadoa US$46 millones. Si bien hoy hay más compradores dispuestos y capaces de pagar casas que se encuentran en el rango de los US$40 millones, todavía tienden a ser excepcionales. “Las personas se toman su tiempo en este nivel de precios”, añadió Steinberg. En junio del año pasado, Steinberg puso en venta un penthouse en el vecindario de Soho en US$37,5 millones, que había estado previamente en el mercado con otro agente por US$42 millones. El apartamento entró en contrato el mes pasado, aunque Steinberg dijo que no podía revelar la identidad d vendedor ni el precio de venta. De acuerdo con los registros públicos, la unidad es propiedad del cantante Jon Bon Jovi, quien la compró en 2007 por US$24 millones. A fines del año pasado, Alan Wilzig, de 50 años, puso a la venta su dúplex de Tribeca de 670 metros cuadrados por US$43,5 millones. Wilzig compró la casa como espacio vacío en 2005 por alrededor de US$3,35 millones y dijo que gastó más de US$1 millón en su restauración, al añadir elementos como una pecera incorporada de 2.082 litros y una escalera de US$200.000 con pasamanos de piel de cocodrilo. Su oficina tiene una pared de color anaranjado en alusión a su equipo semiprofesional de carreras de autos y convirtió la cochera en una guarida con un simulador de carreras y una vitrina para sus trofeos. A mediados de 2014, su esposa y sus dos hijos decidieron que querían mudarse nuevamente a la casa de campo de la familia al norte del estado de Nueva York, por lo que decidieron poner la casa de seis dormitorios en venta. Wilzig, ex presidente de theTrust Co. en el estado de Nueva Jersey, dijo que había asumido que su casa se vendería en menos de US$35 millones. Pero cuando vio apartamentos en el barrio que se vendían a más de US$30 millones, concluyó que su casa, con cochera y una terraza cubierta de 18 metros de longitud, debía venderse por un precio mayor. Sin embargo, ahora que ha estado en el mercado por un tiempo, Wilzig dijo que tiene la intención de reducir el precio a algo cercano a US$30 millones en respuesta a los comentarios de los corredores. Para conseguir a un comprador que pague US$40 millones, ayuda que la casa esté completamente amueblada, dijeron los agentes, ya que estos compradores a menudo tienen otras viviendas y no quieren gastar tiempo eligiendo muebles. La casa deSassounian en Hollywood Hills no sólo se encuentra completamente amueblada, sino que está repleta de vinos en la bodega y tiene hasta cepillos de dientes en los cuartos de baños. Para su finca de 7,5 hectáreas, en Atlanta, estado de Georgia, a la venta por US$48 millones, J.K. MacDonald incluye piezas de arte y antigüedades que encontró en sus viajes por el mundo, como una acuarela de Picasso, un póster de tres paneles de Toulouse-Lautrec y un mosaico del piso de una villa romana que data del 450 d.C. Amueblar la casa “tomó 25 años y una gran cantidad de debida diligencia y muchos viajes”, indicó MacDonald. Fundador de una compañía de incentivos de viajes llamada Media Marketing Services, MacDonald compró la vivienda, llamada Chestnut Hall, en 1987. Pago por ella US$3,7 millones, un precio récord en ese entonces y la restauró, en gran parte, ampliando la casa a su tamaño actual de casi 1.350 metros cuadrados, además de incluir una casa de huéspedes y una piscina. Hay una bodega, un gimnasio y la piscina, de casi 30.000 litros,es una de las más grandes de Atlanta, agregó. Para los niños, hay juegos y un trampolín y un “pequeño campo de béisbol”, con un montículo y una zona de bateo. También hay una sala de juegos infantiles con un escenario, dijo, y su propia cocina equipada con una máquina de raspado. Como suele ser el caso, la venta de la casa está tomando tiempo: hasta el momento, lleva en el mercado alrededor de un año. “El tiempo que demore me parece bien”, dijo MacDonald. “Quiero vendérsela a la persona indicada”. Con un precio de US$40 millones, los agentes pueden ganar comisiones que rondan los cientos de miles de dólares. Los agentes señalaron que a menudo invierten su propio dinero en los gastos de publicidad, analizan los recursos financieros de los compradores potenciales e incluso hacen reservas en restaurantes para los clientes. “Cuando tienes una propiedad de muy alta gama”, dijo Steinberg, “hay que hacer un esfuerzo extra”.

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