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Casas creativas y efímeras en Japón

Los compradores valoran las residencias de estreno, altamente personalizadas; olvídense de la reventa

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¿Compraría una casa que sabe que perdería su valor a medida que pasen los años? ¿Una casa que nunca podría vender? ¿Por cuya demolición tendría que pagar? En Japón, esta es la opción que eligen muchos propietarios. En los países occidentales, una casa es normalmente una inversión que la mayoría de las personas espera algún día vender y obtener una ganancia. En Japón, una casa es un bien de consumo cuyo valor se devalúa rápidamente, como un auto. Dado que los cazadores de casas japoneses valoran las construcciones nuevas, pagarán una suma adicional por un terreno, pero construirán su propia casa en él. Este modelo tiene un buen efecto colateral: el nacimiento de algunas de las arquitecturas más maravillosamente estrambóticas del mundo. Puede vivir en un nido de escaleras enredadas diseñadas para representar la Internet (llamada S-House) o dentro de paredes de plástico con la forma de un arco gótico (llamada Lucky Drops) y solo preocuparse de que eso lo plazca. “La gente tiene una mayor licencia creativa para expresar su propio gusto ya que no necesita tener en cuenta el valor de reventa”, dice Alastair Townsend, cofundador de Bakoko, una firma arquitectónica de Tokio. “Hay una arraiga postura efímera hacia las viviendas aquí”. El Ministerio de Finanzas de Japón define la “vida útil” de una casa de madera (92% de todas las viviendas unifamiliares) en 22años, si bien muchos propietarios extienden su uso. La arquitectura en Japón es un gran negocio, con 24arquitectos por cada 10.000 personas, comparado con 3,4 en Estados Unidos, indica la Unión Internacional de Arquitectos. Y los japoneses normalmente muestran una deferencia extrema hacia los expertos como los arquitectos. “Algunas veces los clientes no se sienten con autoridad para cuestionar el diseño de un arquitecto”, indicó Townsend. Uno de los clientes de Townsend, Chiyomi Okamoto, de 53 años, trabajó de cerca con la firma en los detalles de su casa. Ella quería una casa que fuese cómoda para vivir con su esposo australiano, Joe Gayton, de 58años, un gerente de exportaciones en la Oficina Comercial del Gobierno de Victoria en Tokio. Contrataron a Bakoko para diseñar una casa en Onjuku, cerca de Tokio, en 2011. Su objetivo era “una cabaña de playa australiana” con influencia tradicional japonesa, según indicó Gayton. La pareja invirtió seismillones de yenes, o alrededor de US$50.000, en el terreno y casi US$233.000 en la construcción y los accesorios. Gayton dijo que tomó solo nueve meses desde la planificación hasta la finalización de la construcción. Okamoto dejó de lado la tradición japonesa y solicitó una cocina abierta para entretener a sus invitados, en lugar de una habitación tatami formal. Pero buscó elementos japoneses como el genkan, un área dentro de la puerta de entrada donde las personas dejan sus zapatos, y un baño con tsubo-niwa, un jardín cerrado que se puede ver desde la bañera. El resultado es una casa peculiar, asimétrica, de dos dormitorios, revestida de cedro japonés, que se ubica a unos 275metros de la playa de surfeo Onjuku. La casa de 130metros cuadrados tiene un tejado de aguas pronunciado para un espacio de vivienda de doble altura. “Siempre quise diseñar nuestra propia casa para que combine con nuestro estilo de vida, un lugar donde pudiéramos relajarnos y disfrutar de la vida”, dijo Okamoto. Según ella, construir una casa tan personalizada hubiese sido imposible en Australia con su presupuesto. Gayton dijo que le gustaría dejar la casa como herencia a su hija, el arquitecto dice que la construcción fue realizada para durar, si se vuelve a sellar el revestimiento cada cuatro años promedio. Pero Gayton agregó que acepta que la casa podría ser derribada. “Creamos un escape tranquilo de Tokio, cerca del mar donde podemos nadar, surfear, cultivar, relajarnos, explorar, entretenernos y hacer amigos”. El arquitecto de la S-House, Yuusuke Karasawa, dijo que el promedio de vida de una casa japonesa es en realidad de alrededor de 15años. “Básicamente, a los japoneses no les gustan las casas de segunda mano”, indicó. Dijo que diseñó su visión de Internet de 104 metros cuadrados en Tokio en 2013 para un profesor universitario de filosofía que vive solo. Hay signos de apreciación del precio solo en el mercado de bienes raíces de lujo, mayormente departamentos en edificios elegantes, no casas unifamiliares. De lo contrario, el terreno es donde se retiene el valor. (Los precios de más del 90% de las ubicaciones en el centro de Tokio empadronadas por el Ministerio de Territorio subieron en el último trimestre de 2014). Pero un mayor precio del terreno normalmente significa un menor presupuesto restante para la vivienda, lo que puede tener como consecuencia una construcción de una calidad más pobre que se deteriore más rápidamente. “Esto se ha convertido en una profecía autocumplida”, señala Zoe Ward, presidenta ejecutiva de Japan Property Central, una agencia de compras para inversionistas del exterior. Indicó que debido a las estimaciones de vida útil, que prevén una depreciación impositiva, muchos propietarios dejan de hacer mantenimiento. No es tan diferente en EE.UU. y Europa, donde las casas se renuevan continuamente, dijo Yolande Barnes, directora de estudios globales de Savills. “El costo se calcula en movimiento de efectivo por un periodo largo en lugar de como depreciación anual”, indicó. “En Japón, reconocen que la mayor parte del valor de la propiedad está en el terreno, no en los ladrillos y el mortero ni en la madera y el papel”.

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